domingo, 18 de marzo de 2007

Elliott Smith - Live at Black Cat 1998-04-17

Elliott Smith es, según la correspondiente entrada en wipimedia, un cantautor estadounidense de indie pop. Nació el 6 de agosto de 1969 y murió el 21 de octubre de 2003, con la edad de 34 años. La causa: Suicidio.

Su música era una especie de melodioso pop triste y melancólico, con esa voz suya que siempre sonó tan desvalida en primer plano. Y es que ya fuese sobrevolando canciones prototípicas de cantautor guitarra acústica en mano o momentos más ricos instrumentalmente hablando (cuando llego el dinero pudo recubrir su sonido con producciones mas elaboradas), todo en su obra puede ser englobado en la máxima “Nunca la belleza sonó tan triste”.

Influencias son claramente Beatles, Nick Drake, Brian Wilson, Tim Buckley o Big Star. Pop y cantautores vamos. Completar la lista con lo que se os ocurra. Dejo una breve discografía, 5 discos en vida mas uno póstumo (en breve creo que se va a lanzar una colección de inéditos) en el que trabajaba en el momento de su muerte. Su momento de máximo reconocimiento comercial tuvo lugar con la interpretación en la gala de los oscar de 1997 del tema “Miss Misery” perteneciente a la banda sonora de “El indomable Will Hunting”.

En estas últimas navidades pase una época dándole vueltas a la figura de este hombre, leyendo cosas por ahí, viendo fotos y videos (físico particular), rastreando webs (increíble la cantidad de rarezas y lives que ha dejado), enterándome de anécdotas – me hizo gracia leer la historia de “su tatuaje Ferdinand, un toro bueno que en el ruedo huele las flores arrojadas por el público en vez de pelear con el torero” y me emocionó comprobar el grado de compromiso que tenía con su arte, que le llevo a dejar de interpretar en conciertos la canción por la que estuvo nominado a los oscar-, intentando entender a la persona y lo que había detrás de estas melodías.

El concierto que aquí os presento es una oportunidad de acercarse a lo que debían ser las noches en las que Elliot Smith se subía a un escenario con el único acompañamiento de su guitarra El 17 de abril de 1998 tocaba en la ciudad de Washington en el club Black Cat. Presentaba canciones de sus 4 primeros discos, principalmente del “either/or”, mas alguna rareza y versiones de Lennon, Big Star y los Zombies. Sonido pulcro, audiencia entregada, interpretaciones sentidas, en fin, un lujo.
Y como todo lo que ha hecho este hombre a mí me produce una intensa sensación de angustia: por lo que pudo ser, por lo que fue o por lo que debería ser.

El concierto en esta página dentro de su archivo en internet:

sábado, 10 de marzo de 2007

Danzig II - Lucifuge

Hay días en los que la vida te trata mal. Uno se levanta y siente un escalofrío… miedo. Por alguna o algunas estúpidas razones, el día se acaba convirtiendo en una autentica pesadilla. Que se yo, igual te has pasado todo el día currando para acabar pillándote una mojadura en el trayecto desde el coche a casa. Quizás tu jefe te ha estado dando por el culo más de lo normal y a algún plasta insoportable se le ha ocurrido que este sería un buen momento para dar por culo. Mil razones.

Bien, pues es la hora de cerrar los ojos y perderse en otras dimensiones.

Imaginémonos un mundo de tenebrosas siluetas recortadas en el horizonte, un mundo de blues en pantanos, ciénagas de New Orleáns y cementerios visitados por morbosas mujeres a la hora de la brujería. Imaginemos clubes oscuros de sadomasoquismo extremo, llenos de dominatrices que no conocen el termino “marcha atrás” y tipos cuya única vestimenta es una mascara que a duras penas les deja respirar. Crucifijos invertidos, tronos, amores que queman, calaveras, Dioses que matan, aullidos, madreeeessss…

Un lugar encantador sin duda, el hogar del inigualable Gleen Danzig. Cantante original de los legendarios Misfits, a finales de los ochenta y tras un breve paso por la banda Samhain, decide poner en marcha su grupo definitivo para poder dar rienda suelta a todas esas locas ideas que se funden de un modo tan natural en su cabeza. Que si un poco de Elvis, que si otro poco de satanismo, la dosis justa de Black Sabbath y una buena sacudida de “gótico americano". Influencias que van desde el blues mas arrastrado hasta el hard rock mas poderoso, lo que sin duda consiguió Gleen con su grupo Danzig (¿para que complicarse con el nombre, no?) es dejar un brillante legado que incluso le ha llegado a eclipsar en los últimos años de su trayectoria.

La mayor gema de su discografía es para muchos su segundo álbum conocido como II – Lucifuge. En ella se dan la manos bluses salvajes (“I´m the one”), melancólicas baladas dignas de ser entonadas por el mismísimo Roy Orbison (“Blood And Tears”), aullidos hard rockeros que claman por la vuelta al infierno (“Long way back from hell”), lamentos amorosos y mujeres cautivadoras (“Girl”, el himno “Under her black Wings” o la maravillosa “Devil's Plaything” con esa intro tan delicada). La producción del artefacto corre a cargo de un tal Rick Rubin y este, como casi siempre, sabe sacar lo máximo del artista de turno. Destaca sobre todas las cosas esa voz tan tremenda de Danzig, pero es que el trabajo de guitarras es impresionante, slides, dulces punteos, riffs abrasivos, melodía. ¿Es esta la verdadera música del diablo?


Queda claro que cada nota de este disco huele a clásico imperecedero, imposible de aburrir, se te cala de tal manera que cualquier día mierdoso puede acabar convirtiéndose en una fantasía gótica de mujeres exuberantes y gritos diabólicos. Hay que tener este disco.