jueves, 15 de septiembre de 2011

Black Metal I (Weakling, Agalloch)

Hard-Rock, Grunge, Blues, Folk,… Black Metal!!!! Varios son los géneros a los que podría dedicarles una entrada en este blog, y siendo sinceros, me muevo mejor en otros ámbitos. Pero en los últimos años  ando extremando mis gustos musicales, y por esas cosas inexplicables de la vida, me hayo bordeando la treintena y dedicando mi tiempo a descubrir géneros como el que nos ocupa.

Ah, los prejuicios. Aunque es ahora cuando me estoy introduciendo en esta música, hace años que llegaron a mis oídos las truculentas historias protagonizadas por las múltiples bandas nórdicas de Black. Aquello siempre me sonó lo suficientemente sórdido como para no prestar demasiada atención. Al fin y al cabo, eso de los asesinatos y la quema de Iglesias no podía deparar nada bueno.

 

El caso es que desde que aquellas bandas revolvieron la escena metalera a principios y mediados de los 90, el género a seguido evolucionando y fusionándose con otros estilos como el Post-Rock o el Folk, lo que le permite gozar de una envidiable salud en la actualidad, con numerosas bandas que merecen la pena y lanzamientos de calidad.

Como soy un neófito en estas lides, mis pretensiones con esta serie de entradas dedicadas al Black Metal van a ser poco ambiciosas, limitándome a destacar las cualidades de una serie de discos que he estado escuchando impulsivamente en los últimos días/semanas, y que creo bien podrían servir de introducción al género para cualquier inocente inexperto como yo.

Como mi intención es centrar estos posts en discos más o menos recientes, el LP mas antiguo que voy a recomendar es “Dead As Dreams”. Grabado en 1998 pero editado en el año 2000, con estos 5 largos temas, la banda Weakling emite un aullido tal que sus ecos todavía se pueden percibir en múltiples bandas actuales.

weakling

Con solamente dos demos previas, el único LP de esta banda de San Francisco presenta un ejercicio de Black progresivo altamente atmosférico, con una calidad instrumental notable y que bien puede ser reconocido como el eslabón perdido entre las dos grandes épocas/escenas del Black. El disco en si es toda una avalancha de energía que combinando los aspectos arquetípicos del Black, como esas voces desgarradas tan difuminadas en la mezcla final, provoca un efecto altamente angustioso.

Hablar de Weakling, es hacerlo de una banda perdida en el tiempo, cuya propuesta estaba condenada a la incomprensión. Existen muchas leyendas en torno a la edición y difusión de “Dead As Dreams”, pero lo único que se puede asegurar a ciencia cierta es que su edición en vinilo alcanza altos precios en el mercado de segunda mano y que el formato CD se encuentra igualmente descatalogado, confiriendo a esta obra una mayor aura de misterio.

Un par de años mas tarde de la edición de este “Dead As Dreams”, la banda Agalloch presenta en el mercado “The Mantle”. He estado dándole muchas vueltas al hecho de incluir este disco en esta recopilación, debido a que un número elevado de temas apenas se acercan al genero blacker, pero teniendo en cuenta su calidad y que puede ser tomado como paradigma de fusión y asimilación del género, finalmente aquí lo presento.

aggaloch_themantle

En su segundo disco, esta banda de Oregón consiguió  fusionar elementos del Folk, el Doom y el Black Metal de un modo brillante. Además de incluir temas totalmente blackers (“I Am The Wooden Doors”, el contraste de las voces “marca de la casa” sobre la base de temas netamente folkies como en “In The Shadow Of Our Pale Companion” resulta una mezcla muy sugerente que permite echar a volar la imaginación. Mismamente, yo no puedo evitar dejar de pensar en imágenes de diablos de cara quemada abandonados a su suerte con la única compañía de una guitarra acústica y un montón de lamentos. Esta obra, profusa en medios tiempos y arreglos de calidad, supuso toda una bocanada de aire fresco para el género, y permitió a Agalloch  obtener un reconocimiento tanto a nivel de público como de crítica que perdura hasta el día de hoy.

Con estas dos recomendaciones doy por cerrada esta primera parte de la recopilación de discos blackers a los que merece la pena dar una oportunidad, esperado no tardar demasiado en presentar nuevas bandas y discos.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Keith Mina Caputo

Cuando hace unos años por fin tuve una conexión decente a internet, uno de los primeros grupos que descubrí gracias a la marabunta digital fue Life of Agony. En ese momento yo ya había oído hablar de la banda múltiples veces, pero por una cosa o por otra, nunca había tenido la posibilidad de acceder a sus discos.

El impacto que “River Runs Red” me produjo fue grande: esa mezcla de hardcore y metal, las letras tan depresivas y la impresionante voz de Keith Caputo. Hay que admitir que estamos hablando de un disco difícil, demasiado mal royo. Pero no cabe duda de que si se encuentra la ocasión adecuada, es una obra capaz de subyugar.


Tras este maravilloso debut, la banda de Brooklyn siguió su camino, con una evolución interesante que aunque no les deparó el ansiado salto a la fama, si que les proporcionó una buena base de fans, especialmente en países  como Alemania o Bélgica.

Ahora parece ser que la banda se va a separar definitivamente, puesto que su cantante así lo ha manifestado. Desde hace cierto tiempo llevo siguiendo las andanzas de Caputo en twitter (@KeithMinaCaputo), y la verdad es que cuando en el pasado mes de Julio se publicó una entrevista en la que afirmaba haber iniciado un proceso de transformación de sexo no me llevé una sorpresa excesiva, puesto que ya había dejado caer algún comentario y alguna foto que hacia pensar en dicha posibilidad.

En una reciente entrevista para Kerrang, que se puede encontrar en la web del artista, Caputo comenta que desde una edad muy temprana era consciente de su naturaleza sexual,  pero que  debido a su educación y al hecho de formar parte de una banda como Life of Agony, no se había sentido capaz de dar el paso.


A lo largo de todos estos años, ha debido ser difícil vivir con un peso así. A día de hoy se entienden mejor declaraciones suyas como las que se pueden ver en esta larga entrevista o las imágenes de este videoclip de su recomendable disco en solitario “A Fondness For Hometown Scars”. Llega a emocionar.

martes, 6 de septiembre de 2011

Turborock Sabado 3 de Septiembre 2011 Santander

Después de dormir unas nueve horas, todavía estábamos cansados. Comenzamos el día con una ducha, unas cañas y una comida en la bonita ciudad de Santander. Antes de ir para el Escenario Santander, el bonito recinto donde este año se celebraba el Turborock, decidimos dormir una pequeña siesta puesto que el cansancio hacía mella y el día se presentaba largo.

La segunda jornada del Turborock iba a estar marcada por el genio de Jesse Malin. Nosotros llegamos al recinto cuando su concierto acústico en formato dúo ya había arrancado. Me llevé una ligera decepción por que me esperaba a una banda (¿no lo anunciaba así el cartel?). El concierto estuvo entretenido, con el típico momento comuna en el que Jesse salto del escenario e hizo sentar en torno a él a todos los presentes. Tras el concierto, el artista fue al puesto del merchandising y allí firmo, habló y se hizo fotos con todo el que así lo quiso.

A continuación, las actuaciones tanto de Del-Lords como de los Buzzcocks las vimos desde la distancia, sentados en el prado. El primer grupo realizó un concierto solvente sin demasiadas estridencias, mientras que los Buzzcocks pusieron la nota punk y parecieron entusiasmar a sus seguidores. Tras estos conciertos me alegré de comprobar que el sonido general del escenario parecía mucho mejor que el del día anterior.

Aprovechamos los últimos minutos de Buzzcocks para ir a cenar y beber algo de cerveza. Volvemos a llegar tarde para la actuación de Urge Overkill (ahora había horarios, pero yo siempre me las apaño para llegar tarde a todas partes). He de decir que esta era una de los momentos que esperaba con mas ganas y aunque el concierto tuvo buenos momentos, como ese “Somebody Else's Body”, la actuación me decepcionó. Un Eddie "King" Roeser un tanto desmejorado y pasota y una banda de acompañamiento poco destacable hizo que el buen trabajo y las ganas de Nash Kato quedaran un tanto deslucidas. Tras el concierto pudimos ver al bueno de Kato deambulando solo por el recinto, reflejando este hecho un poco el estado que percibí de la banda.

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La nota enérgica del festival la pusieron los “Bellrays”. Con esta banda me pasa algo curioso, los conocí allá por el año 2001, con su disco “Grand Fury” y prometían mucho, los ingredientes parecían los adecuados (Punk, Soul, High energy, conciertos demoledores,…). Sin embargo, por unas cosas o por otras, la evolución de la banda no termino de convencerme, y la verdad es que los tenía un tanto apartados. Hay que admitir que el concierto fue demoledor: la gente botó como en ningún otro concierto, Lisa le puso muchas ganas y el resto del grupo no se quedo atrás, destacando ese batería tan espectacular que forma parte actualmente de la banda. Con todo ello, a estas alturas estaba muy cansado y a la mitad del concierto decidí tirarme en el prado a esperar la actuación del día.

Y esa no sería otra que el retorno de los D Generation, capitaneados por el inefable Jesse Malin. La banda neoyorquina se convirtió en la protagonista absoluta del festival, con una actuación centrada principalmente en la interpretación de los temas del grandioso “No Lunch”. Aunque de nuevo me pareció sentir sobre las tablas el típico desajuste de la “banda reunida para la ocasión”, he de decir que todo sonó razonablemente bien y que tanto yo como una gran mayoría de los presentes disfrutamos y berreamos los últimos himnos de punk autentico salidos de la ciudad de los rascacielos. El porqué de que esta banda lleve separada casi 10 años es un misterio para mí, y una pena. El final del concierto con toda la gente pletórica coreando “No Way Out” fue un momento para la historia.

DGeneration

Para el final quedó la actuación de Slim Cessna's Auto Club. Supongo que no es cuestión de pedirle peras al olmo y cierto es que eran las 2 A.M. pero me pareció una falta de respecto total el sonido que se llevó esta banda. Acoples continuos e instrumentos que no sonaban (el misterioso caso del banjo mudo!!!) lastraron la actuación, pero aún con esas me pareció un bolo cojonudo, con un Munly al que tenía muchas ganas de ver y que es todo un personaje.

Abandonamos el recinto comprobando que a Jesse Malin realmente le gusta el contacto con la gente, y pensando lo duro que es esto de los festivales y que realmente así  la música no se puede disfrutar adecuadamente. Pero al llegar al hotel encendí la tele y ahí estaban los Interpol en su actuación del Primavera Sound de este año y sentí envidia de no haber estado ahí. Puede que los festivales no sean el sueño de los amantes de la música, pero en los tiempos que corren, son un mal necesario, y realmente son mas llevaderas con iniciativas modestas como el Turborock.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Turborock Viernes 2 de septiembre 2011 Santander

Segunda edición del Turborock y segundo festival que piso en lo que va de año. El viernes por la tarde nos acercamos a pasarlo bien a tierras cántabras en un fin de semana cargado de rock y pop, en esta iniciativa que busca a traer a los amantes de la música con un festival  modesto, que pretende acercarse mas a un conjunto de conciertos en sala que a un macro evento social. Con un conjunto de bandas bien escogidas capaces de llamar la atención del connoisseur exigente, todo hacía presagiar un par de jornadas bastante animosas, plagadas de buena música.
En esta ocasión el festival en Santander parecía estar claramente diferenciado en una primera jornada mas cercana al (power-) pop lustroso y en un segundo día de rock mas contundente.
turborock2011
Estrenamos el festival llegando tarde al concierto de los Sadies (durante todo el viernes fui incapaz de encontrar en todo el recinto un horario con las actuaciones). Sonaron mucho más contundentes de lo que me había parecido en las breves escuchas que les di a sus discos y pese al desconocimiento por mi parte, me acabaron convenciendo.
Los siguientes en salir a escena fueron Gigolo Aunts. Después de un puñado de años, esta banda se reunía para dar unos pocos conciertos. No cabe duda que este tipo de reuniones puntuales suponen una alegría para el fan que a perdido la esperanza de ver a la banda de su vida, pero no deja de ser cierto que es difícil para los músicos volver a compenetrarse, y en ciertos momentos me pareció que el concierto no llegaba a sonar todo lo conjuntado que sería deseable. De todas formas, un concierto mas que elogiable y que disfrute en su justa medida (de la tienda de discos, me llevo un par de CD´s de esta banda).
El festival siguió con la representación del mítico álbum “Girlfriend” por parte de Matthew Sweet. Con la perspectiva de los 20 años que han pasado desde su edición, podemos decir que este disco supuso la cima de Matthew y por lo tanto uno de los momentos mas elogiables del pop noventas. Este era uno de los conciertos que mas curiosidad me despertaban, y he de decir que me produjo cierta decepción, no se si por que me pareció detectar una cierta desgana general sobre el escenario o por el sonido criminal. Aún así, me quedo con las bonitas interpretaciones de “Thought I Knew You” o “Don't Go”.
NadaSurf1
A continuación los cabezas de cartel Nada Surf se subieron al escenario. He de admitir que cuando anunciaron su inclusión en el cartel del festival la noticia me dejo bastante frio. Pero he ahí la magia de la música, me he pasado este verano escuchando sus discos y me han enamorado. Por lo tanto, este era uno de los grandes alicientes del festival para mí. Con un repertorio cojonudo y una banda super-entregada (Daniel Lorca incluso estaba emocionado por tocar en “su” casa), el concierto solo quedo deslucido por el sonido mas horrible de todo el festival, que incluso hizo a la banda tener que parar en alguna ocasión. Daniel Lorca es todo un personaje, con un carisma tremendo al bajo y que ilustro la actuación con un montón de anécdotas en castellano, mientras que  Matthew Caws luce toda la pinta de genecillo, un tipo pequeño pero totalmente consciente de lo que se lleva entre manos, que no es otra cosa que una de las mejoras bandas de melodías del mundo. Momentos mágicos como “Killian's Red” o  “Do It Again” me agitaron el espinazo y me hicieron gritar y botar como un loco.
Después de esto, esperé hasta que los marcianos de Man or Astro-man? hicieron acto de presencia. Tras un par o tres de temas, y tras constatar como disfrutaban del mejor sonido de la jornada, decidimos que eso del surf instrumental no nos entraba ni a tiros y nos retiramos al hotel, todavía quedaba el sábado por delante y había que ahorrar fuerzas.