domingo, 30 de octubre de 2011

Black Metal II (Wolves in the throne room, Nachtmystium)

Oscuridad, soledad, rabia, tenebrosos bosques de profunda frondosidad, enajenaciones post-religiosas, paganismo, rock and roll, … aquí está la segunda entrega de mis andanzas por el Black Metal, con otro par de discos del género que le han hecho tilín a mi oscuro corazón.

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Para empezar, es el momento de hablar del reciente “Celestial Lineage” de los enormes Wolves In The Throne Room. Quizás fue por la temática de sus letras y su filosofía alejada de satanismos y demás tonterías, o quizás porque hace unos cuantos años se pasaron por tierras astures en concierto (y al que no fui, para mi desgracia), pero ésta es la primera banda del género que captó realmente mi atención.

Con este disco, que por lo visto será el “canto del cisne” de la formación,  estos oriundos de Olympia (Washington),  ilustres representantes del wolvesCascadian Black Metal, presentan una obra refinada sobre manera, en la que consiguen depurar su black atmosférico mediante el uso de arreglos sugerentes (voces femeninas, campanillas, arpas,… ), temas introductorios y ritmos pausados, generado un efecto envolvente sobre el oyente, un oscuro  manto de  dimensiones extra terrenales.

Hay que decir que la experiencia WITR, a pesar de gozar de un alto nivel de aceptación que incluso ha transcendido la mera escena blacker, se me antoja compleja de abordar para el oído poco entrenado. Como los buenos vinos, las escuchas de sus discos hacen aparecer detalles que provocan  la sensación de mejora con el paso del tiempo.

Nachtmystium - Assassins Black Meddle Pt. 1

Y de las atmosferas tenebrosas, pasamos a Nachtmystium y esa amalgama de estilos e influencias que resultó ser “Assassins Black Meddle Pt. 1”.

A mediados de la década pasada y tras varios años en el underground de Chicago, Blake Judd, líder de estos Nachtmystium, se encuentra en un callejón sin salida. Cansado de las limitaciones inherentes a toda escena y con diversas inquietudes e influencias a las que desea dar rienda suelta, se decide a dar un paso adelante. De la misma manera que el disco “Meddle” supuso un cambio de dirección en la carrera de los magistrales Pink Floyd, Nachtmystium iban a ofrecer su propia versión del concepto “cambio de rumbo” de una forma mucho mas oscura con sus “Black Meddle”: Llega el momento de fusionar el Black Metal que vienen efectuando desde hace años con ciertos aspectos de la psicodelia de los 70.

Ampliamente reconocidos por la crítica en su momento, este disco (y su continuación, pero de una forma diferente) goza de una amplia variedad de registros que van desde los temas épicos como “Assassins” o “Ghosts of Grace” que acercan el Black al Rock, hasta los momentos de caña inmisericorde como  “Omnivore”, pasando por los medios tiempos psicodélicos como “Code Negative” o incluso un opus final compuesto por tres partes principalmente instrumentales.

Esto es todo por ahora. Particularmente he disfrutado muchísimo de estas dos referencias y pienso continuar con mi viaje por el mundillo blacker.

lunes, 24 de octubre de 2011

Eilen Jewell - Gijón - 22 de Octubre 2011 (Sábado)

Tras las visitas de Marah y Steepwater Band, esta era la tercera gran cita rockera que el mes de Octubre deparaba a la ciudad de Gijón. De la misma forma que con dichas bandas, nos encontramos ante una artista que ya había pisado tierras astures con anterioridad  (2009, 2010) y de la que por lo tanto, muchos de los presentes ya habíamos tenido el placer de disfrutar.

Eilen Jewell Gijón 1

A las 22:40 se subieron Eilen Jewell y sus compinches  a las tablas del pequeño escenario del Monkey Club, que presentaba un aspecto de gala, con una afluencia importante de público y las incomodidades que ello conlleva. La propia Eilen se mostró sorprendida por el húmedo calor del local, hecho que dio juego a la hora de presentar algunos de los temas que sonaron la noche del Sábado.

Eilen Jewell Gijón 2

Durante la hora y media que duró el concierto hubo tiempo para momentos de festivo Honky Tonk, de pausado Blues y sobre todo, de mucho mucho Country. Fueron pasando los temas de su último disco (“I Remember You”, “Queen of the Minor Ke” ó la aclamada “Kalimotxo”), las versiones (Hank Williams, Loretta Lynn,…) y alguna que otra referencia a su discografía pretérita (“Sea of Tears”).

En todo momento, la deliciosa Eilen se las apaña para acaparar miradas, ya sea cantando y tocando, mediante (demasiado largos) speeches en castellano o dirigiendo a su banda.

En uno de estos monólogos, esta reina de las tonalidades menores nos confesó su debilidad por las canciones de temática  triste, y en ese momento cobró un poco más de sentido la adusta presentación de la banda, todos vestidos de lacónico negro, protocolo roto a duras penas por las verdes botas de cocodrilo que calza Jerry Miller o el inseparable collar blanco que tan bien luce en el cuello de nuestra protagonista, y que invita a pensar en un extraña celebración sureña.

Eilen Jewell Gijón 3

Es un placer poder disfrutar de esta artista y su música con tanta frecuencia y de nuevo sólo podemos despedirnos deseando una futura visita.

sábado, 22 de octubre de 2011

Cinco días en el coche: Metallica - Ride The Lightning

Esta última semana en mi coche a sonado thrash metal del bueno, los Metallica de los 80 han bramado con vehemencia a todo volumen.

A estas alturas de la película Metallica se han convertido en toda una institución, su carrera ha pasado por multitud de altibajos y siguen estando de actualidad (mismamente por estas fechas acaban de sacar un disco con Lou Reed). Te pueden gustar más o menos, pero hay que admitir que son una leyenda en vida.

Metallica Ride The Lightning 1

Sin embargo, la mía es una historia de decepciones en torno a esta banda. La más grande de todas me la llevé en Gijón, el 14 de Julio de 1999, a las puertas del hipódromo de Las Mestas. Lo recuerdo como si fuese ayer, Metallica tocaban esa noche con Monster Magnet de teloneros. Tras la pertinente ingesta de kalimotxos con los colegas, me alineé con la masa heavy y nos agolpamos en la entrada. En ese momento apareció por allí un melenudo y nos dio la fatídica noticia: Concierto suspendido por razones de seguridad. Recuerdo el viaje de vuelta a casa como un tremendo bajón, medio bolinga tras la decepción.

Aquella experiencia adolescente me marcó a fuego y durante todos estos años he mantenido un alto nivel de resentimiento hacia la banda (su patético comportamiento en la década pasada tampoco es que me animase mucho). Sin embargo y gracias a que este año sus discos clásicos han pasado a tener un precio razonable, me he animado a darles una oportunidad.

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Ride The Lightning” (1984) es el segundo trabajo editado por los cuatro jinetes de San Francisco y en el podemos encontrar temas tan míticos como “Creeping Death”, “Fade to Black” o “For Whom the Bell Tolls”. Poca broma.

Desde la perspectiva actual casi resulta difícil hacerse una idea de lo que supuso este disco en su momento, un sonido que extremaba las posibilidades del género, y que era capaz de seducir por su velocidad y contundencia, pero también por su virtuosismo y su querencia por los melodías. Con este disco la banda consolidaba su propuesta, se ganaba el respeto incondicional de la multitudinaria audiencia heavy y comenzaba a preparar el camino que los llevaría al éxito mas absoluto .

En su momento había pocas cosas en el mundo de la música que resultasen más intensas y provocasen  mayor sensación de peligro que una actuación de Metallica. Desafortunadamente, todo lo relativo a la actitud y la coherencia  acabó por desaparecer… dicho lo cual, nada podrá hacer que dejemos de disfrutar de una obra de semejante calibre.

miércoles, 19 de octubre de 2011

1991, 1971,… ¿1981? (I)

Como consecuencia de las celebraciones del 20 aniversario de la edición de Nevermind, mucho se habló en los corrillos de internet acerca de las bondades de la cosecha musical del año 1991. Que si el “Ten” de Pearl Jam, que si el “Blood Sugar Sex Magik” de los Red Hot Chili Peppers, el álbum negro de Metallica, “Out of time” de R.E.M.,… y así, unos cuantos discazos.

Como consecuencia de ello, me apeteció comparar esta hornada de discos con los lanzamientos de otras décadas. Así me di cuenta que si la música que se hacía hace 20 años ha marcado a fuego el gusto popular, lo que se hizo hace 40 años fue sencillamente maravilloso: “Led Zeppelin [IV]”, “Who's Next”, el “Sticky Fingers” de los Rolling, “What's Going On” de Marvin Gaye ó “Maggot Brain” de Funkadelic. Y de nuevo, así podríamos tirarnos un buen rato: Tremendo.

El caso es que ayudado por la web Rate your music, me puse a investigar que música interesante se podía escuchar en el mundo  hace 30 años, en 1981, en los inicios de la década de los ochenta, mi gran desconocida.

Para empezar, destacar que en ese año se editaron tanto “Fire of Love” de los Gun Club, como “From the Lions Mouth” de The Sound, dos de mis referencias predilectas en toda la década.

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El primero de los casos supone el debut de la banda de Jeffrey Lee Pierce, y en el podemos encontrar todas las señas de identidad de su música, una especie de blues-folk-punk que nos relata historias de la américa gótica, corazones y locuras pasionales.

Parece mentira que a día de hoy esta banda goce de tan poco reconocimiento, puesto que su influencia se deja sentir en multitud de grupos, desde White Stripes hasta Woven Hand.

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En el segundo caso, nos encontramos con un clásico de Post-Punk, una obra maestra sin paliativos que refleja el gran momento creativo que experimento Adrian Borland en estos años. Criticados por un excesivo parecido con Joy Division y con una difusión bastante lamentable (si tienes un vinilo original, te aseguro que vendiéndolo te vas a arreglar el mes), The Sound nunca gozaron del éxito de muchos de sus compañeros generacionales, pero sin embargo, fueron capaces de dejarnos esta maravillosa música atemporal.

domingo, 16 de octubre de 2011

Cinco días en el coche: David Bowie–Diamond Dogs

David Bowie es uno de los músicos de cabecera de mi padre. Quizás sea por ello que cuando le escucho, además de disfrutar de la música, es fácil que me asalte algún recuerdo de mi familia y de mi niñez. En suma, una bonita experiencia.

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Esta  semana he metido en el coche “Diamond Dogs”, un álbum que Bowie presentaba en 1974, época en la que el artista trataba de encontrar nuevas caminos por los que transitar, intentando alejarse de la alargada sombra del glam con el que tantos réditos había obtenido. Años mas tarde, con la serie de discos que conforman su época berlinesa, Bowie se pondría a la cabeza de la vanguardia musical. Sin embargo, en este punto el artista se quedaba un poco en tierra de nadie, no consiguiendo presentar excesivas novedades en su sonido.

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Más allá de estas consideraciones, estamos ante un buen disco sin duda alguna, con temas de gran estatura como son “Sweet Thing”, la famosa “Rebel Rebel”, la sorprendentemente discotequera “1984” o mi preferida, “We are the Dead”.

Es importante destacar que de nuevo Bowie presenta un conjunto de letras oscuras, que dibujan una visión tenebrosa de un mundo futurista, pero con la particularidad de encontrarse fuertemente influenciadas por el  libro “1984” de George Orwell. Hace muchos años yo también leí esa novela, cuando todavía era posible asociar el concepto de “Gran Hermano” a algo mas que bazofia televisiva.

Hablar a día de hoy acerca de David Bowie, es hacerlo de un artista retirado que, a falta de nuevas noticias, parece haber puesto punto y final a su carrera rodeado de misterio y continuos rumores. Un genio hasta para la jubilación.

miércoles, 12 de octubre de 2011

The Steepwater Band - Gijón - 12 Octubre 2011 (Martes)

Volvía la Steepwater Band a Gijón, plaza propicia para ellos gracias a la entrega con la que abordaron visitas previas y que les permite gozar de una gran aceptación entre el rockerio local. Aunque esta era su tercera actuación en tres años, no podían dejar de pasar por estos lares  para presentar su último disco, “Clava”, en el marco de una extensa gira que les lleva a recorrer tierras españolas. Se podría decir que nunca hay demasiado Steepwater para Gijón.

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Lo primero que tengo que admitir es que no soy un gran fan de sus discos. Y no quiero que se me malinterprete, me parecen buenos discos, solventes. Pero la talla que alcanza este grupo sobre un escenario es de tal magnitud que sus discos me saben a poco, a un servidor le cuesta reconocer toda su intensidad en sus LPs.

A las once en punto, tras la rugiente actuación de los asturianos Alto Volto, saltó a las tablas de la Sala Acapulco este trío comandado por el genio de la guitarra que resulta ser Jeff Massey. Arrancaron fuerte los de Chicago con dos temas trotones como son “Roadblock” y “All the Way to Nowhere”, y de ahí en adelante, una hora y unos cuarenta minutos de rock and roll americano con fuertes raíces sureñas e inspiración blues, que culminaron por todo lo alto con un homenaje al gran John Lee Hooker vía “Boom Boom” y que puso a botar a todos los presentes.

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En esta ocasión la actuación no se alargó hasta las 3 horas y media, y la verdad es que no hizo falta para que Steepwater volvieran a salir victoriosos del envite… sólo por esa vibrante interpretación del “World Keeps Moving On” de su disco “Grace And Melody” los quince euros de la entrada ya quedaron plenamente amortizados.

Setlist Steepwater Band Gijón 2011

A día de hoy, la calidad de esta banda esta fuera de toda duda. Uno no puede menos que dejarse maravillar por el tremendo espectáculo de pureza musical que se destila sobre el escenario cuando esa sección rítmica compuesta por Joe Winters, con su extraña forma de golpear los parches, y Tod Bowers en su caballeroso y sereno estilo, se sitúa en el centro del huracán que es capaz de desatar Jeff con una guitarra en las manos.

The Steepwater Band, un valor seguro. Hasta la próxima.

sábado, 8 de octubre de 2011

Cinco días en el coche: John Lennon - Echo & The Bunnymen

En los cinco días que dura la semana laboral suelo meter en el coche un par de discos para que me acompañen en los trayectos. Normalmente, uno de los discos es mi última compra, mientras que el otro suele tratarse de un disco que tengo desde más tiempo.

En los tiempos que corren, me ha parecido buena idea hacer un homenaje al disco como elemento físico, así que mientras me dure el ánimo, iré posteando fotos de mis discos y si tengo ánimo, realizaré alguna referencia a la música y a su contenido.

Lennon Plastic Ono Band

Para empezar, esta semana he estrenado “John Lennon/Plastic Ono Band”, álbum de los 70 que constituye el primer gran esfuerzo de Lennon lejos de los Beatles, y que supuso una agradable sorpresa después de unos inicios un tanto dispersos.

Esta edición es la remasterización del 2009, y viene acompañada de un bonito libreto con imágenes raras y las letras manuscritas de las canciones, además de dos canciones extras.

En el disco podemos encontrar clásicos imperecederos como “Mother”, “Working Class Hero” o “God”… poca cosa, ¿eh? Además de estos grandes clásicos, también podemos encontrar temas como “Love” o “Isolation”, que aunque tengan una menor repercusión, hacen a uno reflexionar en lo grande que de la figura de Lennon y su filosofía de la vida.

Echo &  the Bunnymen Ocean Rain

Por otra parte, estos días también he estado escuchando “Ocean Rain” de Echo & the Bunnymen.

Me hice con este disco hace varios años, cuando quedé fascinado por el film Donnie Darko. La banda sonora de esta película contiene varios temas ochenteros, y el que mas me llamó la atención, “The Killing Moon”, incluido en este “Ocean Rain”.

Esta edición es una remasterización del 2003, con un libreto que incluye textos sobre el disco y fotos de la  banda, con las portadas de los singles.

lunes, 3 de octubre de 2011

Marah – Gijón – 2 de Octubre (Domingo)

Han pasado más de 5 cinco años desde que Marah se presentaron en Oviedo, en la gira de aquel excesivamente adulado “If You Didn’t Laugh, You’d Cry”. En aquella ocasión, los hermanos Bielanko llegaron a tierras astures respaldados por la que fue seguramente la mejor banda de la que han gozado, y si a eso le unimos el hecho de que la sala se llenó gracias a la entrada gratuita, hay que admitir que aquel concierto fue memorable. Marah montó una gran fiesta, y el público respondió entregado.

Un par de años después, en diciembre del 2008, Marah se acercó en esta ocasión a la villa de Gijón. No andaba muy puesto en los asuntos de la banda y me llevé un susto cuando me encontré con una formación compuesta únicamente por dos personas: Dave Bielanko y Christine Smith. Aquel concierto de carácter navideño no me gustó mucho: aunque Dave se dejara el alma, las bajas se notaron demasiado.

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Con estos antecedentes, la banda se presentó de nuevo en Gijón, presentando su último disco “Life is a problem” y con la vuelta de Serge a la formación. Ante una audiencia bastante escasa (andaba Gijón bastante revuelto con la visita del mega-equipo barcelonés de futbol), comenzó la actuación a eso de las 10 y media.  No soy un gran fan de los últimos discos de la formación, por lo tanto el setlist me resultó bastante desconocido. No obstante, pude reconocer “Santos de madera”, “Sooner Or Later”, “Within The Spirit Sagging” o mi preferida “The Dischwasher's Dream”.

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Durante una hora hora y media, más un par de bises, sobre el escenario del Monkey Club se pudo ver un ejercicio de Rock and Roll efectuado con pasión, plagado de melodías, con cierto deje  springstiniano, y para qué negarlo, con bastante desfase.

La vuelta de Serge supone un gran impulso, y aunque la banda en general palidece ante la formación del 2006, la actuación me resultó bastante amena, quitando cierta tendencia a alargar los temas hacia ninguna parte.

Pequeñas bandas como Marah, con sus problemas y sus idas y venidas, hacen que esto del Rock and Roll se mantenga en pie con dignidad y pasión. Estaremos atentos a los próximos movimientos de los hermanos Bielanko y quién quiera que les acompañe sobre las tablas o en el estudio.

PD: Nunca he visto beber tanto a una banda: Botellas de vino, chupitos y muuucha cerveza. La resaca pudo ser dura, aunque esta mañana me los he encontrado por las calles de Gijón tomándose una cañas. A veces, la vida es un problema, pero es mejor tomárselo con filosofía.

sábado, 1 de octubre de 2011

Recuperando a Kurt (Nevermind 20 años después)

Durante los últimos meses mucho se ha estado hablando acerca del vigésimo aniversario de la edición del Nevermind de Nirvana. Como no podía ser de otra forma, me he dejado llevar por esta corriente de culto a la figura a Kurt Cobain, volviendo a escuchar los maravillosos discos que nos dejó, leyendo cualquier cosa que cae en mis manos o incluso viendo películas, documentales o videos de conciertos.

Tratar de poner algo de luz  al misterio y la tragedia de Kurt siempre me resulta un ejercicio fascinante, sobre todo teniendo en cuenta lo que significó en su momento esta música para mí. Pero aunque a estas alturas ya nadie duda de la talla del artista, no deja de ser menos cierto que resulta difícil entender como una persona que llego a brillar de tal manera se viese imbuido en una espiral de miseria que le impulsó a acabar con su vida.

Existen diversas fases en la vida del Cobain famoso. Para empezar, las fases de grabación, salida al mercado y posterior éxito del disco Nevermind eran recordadas por Kurt como algunos de los periodos más felices de su vida. No es difícil imaginar la alegría que debe suponer una experiencia de este tipo para una banda de rock. En el número que la revista Mojo dedicó a la banda se analizó dicho periodo.

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Resulta especialmente interesante como se recupera una entrevista que se hace a la banda en Agosto de 1991 durante la gira europea como teloneros de Sonic Youth, cuando todavía faltaba un mes para que Nevermind viese la luz.

Esta entrevista se realiza escasos días antes de la mítica primera actuación en el Festival de Reading, en la que ocuparon un lugar discreto dentro del cartel. Un año más tarde, después del éxito tan absoluto que supuso el lanzamiento del mítico disco y tras un año de promoción continua, mientras en España vivíamos con alborozo los fastos olímpicos de Barcelona, Nirvana iban a volver a las pistas de Reading, pero ya como fenómeno absoluto y liderando el festival.

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Dicha actuación, que muestra a una banda llena de intensidad aunque quizás un tanto hierática, ha sido editada hace unos años y el visionado de la misma resulta del todo recomendable, Cobain aún parecía poder disfrutar sobre el escenario. No obstante, estos eran días complicados en el plano personal, con todo el escandalo que había surgido en torno al nacimiento de su hija en la prensa sensacionalista.

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Otra lectura interesante la podemos encontrar en el libro “Nirvana and the Sound of Seattle”, que explica el desarrollo de la escena musical de Seattle y hace especial hincapié en los aspectos relacionados con la carrera de Nirvana, justo hasta finales del año 1992.

En esta época los escándalos comenzaron a agobiar sobremanera al músico y a su esposa Courtney Love. Seguramente con  la idea de tratar de limpiar un poco la maltrecha imagen de la que gozaba la pareja, Kurt concedió una serie de entrevistas a medios afines.

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Dentro de esta serie de entrevistas podemos encontrar una serie de conversaciones que tuvieron lugar entre finales de año 1992 y poco antes de entrar en el estudio para grabar “In utero” en 1993 con el periodista Michael Azerrad. Este material ha sido utilizado  en el documental “About a Son”, en el cual se montan las palabras del propio Cobain sobre imágenes de lugares que resultaron importantes en la vida del artista, de un modo interesante y ameno.

In Utero” supuso el intento por parte de la banda de recuperar cierta credibilidad dentro de los círculos mas radicales del Punk. Con una producción mucho mas áspera, estamos ante una nueva obra maestra, que no obstante tuvo menores ventas que su predecesor. El libro “Nirvana y los últimos días de Kurt Cobain” explica las diversas polémicas que la banda tuvo con su discográfica a la hora de editar el disco en cuestión, y trata de relatar los últimos meses de la vida de Kurt, incidiendo en aspectos, que no por escabrosos (sobredosis, intentos de suicidio,… ) dejan de ser interesantes.

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Precisamente sobre los últimos días de la vida de Cobain trato de teorizar Gus Van Sant en su película “Last Days”. Aunque en ningún momento se habla de la banda, toda la iconografía del protagonista nos retrotrae al cantante de Nirvana.


Como en el resto de películas de la denominada “trilogía de la muerte”, Van Sant imprime un ritmo pausado al film, con escenas que se repiten múltiples veces desde diversos ángulos y con el uso profuso de recursos como el  “plano-nuca” y demás manierismos con los que se busca dotar al film de un mayor realismo y que al menos a mí, me resultan atrayentes.

Por último, entre mis lecturas de Nirvana en este último año también se encuentra el libro “Cobain íntimo”. Charles R. Cross saca a la luz en este libro un montonazo de material visual que recopiló durante las entrevistas y la preparación de la biografía de Kurt “Heavier than heaven”.

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En contraposición a aquella, en este libro trata de mostrar la cara mas íntima y desconocida del artista, dejando un poco de lado la música y centrándose en aspectos desconocidos de su biografía mas personal.

Aunque no deja de ser cierto que lo mejor de Kurt siempre lo encontraremos en su música, con todas estas referencias podemos acercarnos a la personalidad y el aura de Cobain, un viaje del todo atrayente.