jueves, 19 de julio de 2007

Pearl Jam - Live at the Gorge

La vida tiene estas cosas, un día estas en un bar tranquilamente o esperando un tren y se produce un reencuentro casual con un amigo del que hacia tiempo del que no sabías nada. A veces pasa, las circunstancias te alejan de ciertas cosas que otrora fueron muy importantes para tí.

Para mí esto es lo que supone este disco, el reencuentro con Eddie Vedder y compañía.

Quizás llegue un poco tarde, podía haberse producido tras su muy recomendado último disco en estudio, o quizá este sea como una de esas noches de juerga en la que te encuentras con una ex y todo acaba por ponerse incomodo, yo que se. El caso es que estoy escuchando en este preciso momento el “Live at the Gorge”, una recopilación en siete cds de tres conciertos que Pearl Jam llevo a cabo a lo largo de dos años en el bonito paraje de Gorge.


Es fácil emocionarse cuando uno escucha temas como “Rearviewmirror”, “State of love and trust”, “Betterman”, “Alive” o “Jeremy” y por otra parte poco a poco estoy descubriendo temazos como “Low Light” o la versión de Victoria WilliansCray Mary”. Me resulta sorprendente ver como las canciones que desconozco se compenetran tan bien en el directo con los clásicos de la trilogía inicial.

Uno puede echar la vista atrás y cabrearse con la trayectoria seguida por el grupo. El amuermamiento que se produjo tras el Vitalogy seguramente, como en mi caso, echo para atrás a muchos de sus viejos seguidores. Pero el tiempo pasa y tras mas de 10 años la percepción que de la banda se tiene en la actualidad no es otra que la de una segunda juventud, una madurez tremendamente coherente que les ha permitido conservarse perteneciendo a una raza en claro peligro de extinción.


Será el tiempo quién decida, pero en este momento se me antoja que la sombra de Pearl Jam es bien grande, con unos conciertos multitudinarios por donde quiera que van, y a poco que sean capaces de sacar una serie de buenos singles (no hacen falta tremendos clásicos como Ten, VS y Vitalogy) que universalicen aún más su figura, el futuro podría convertirse para ellos en el presente de los mismísimos Rolling Stones a nivel de reconocimiento.




Elucubraciones aparte, ahora empiezo mi verano. Espero que esta pueda ser una bonita época de largos atardeceres, luces de velas, besos en la mejilla y de, por que no, reencuentro con la música de Pearl Jam.

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