viernes, 18 de enero de 2013

2ª G.M.: Mein Kampf

Tras el fallido intento de golpe de estado protagonizado por varios dirigentes del Partido Nacional-Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP) el 8/9 de Noviembre de 1923, Hitler da con sus huesos en la cárcel de Landsberg durante 9 meses, periodo en el cual aprovechó para escribir el “Mein Kampf”.

Portada Mein Kampf

En este libro expresa las características del ideario nacionalsocialista, entremezclándolas con apuntes autobiográficos, resultando ambos aspectos fundamentales a la hora de entender el trasfondo ideológico de la Segunda Guerra Mundial y por ende, la crueldad y el odio visceral que azotaron Europa y el mundo en general durante esos años.

Unas tres semanas con tiempo libre han sido suficientes para Hitler en prisióndar buena cuenta de “Mi lucha”. Sin llegar a las cotas de genialidad propagandística que el führer alcanzaba en sus discursos, hay que admitir que tras su lectura se entiende mejor la gran potencia que Hitler tuvo a la hora de elevar el ánimo de una generación de alemanes humillados (pérdida de la Gran Guerra), sin esperanza (tratado de Versalles) y sin ninguna fe en la política, apostando por una nueva forma de gobierno totalitaria que atacaba a todas las causas externas que Hitler creía causantes del desastre.

Obviamente, hay muchos aspectos desagradables en la retórica y la “mágica” demagogia de sus palabras; mismamente los aspectos raciales resultan del todo inabordables desde la perspectiva actual, cuando sabemos todo lo que conllevaron. Es cierto que el libro no apunta directamente al desarrollo de un genocidio judío, pero ya existen inquietantes referencias a políticas de depuración de la raza mediante la castración de individuos inferiores.

La parte más apasionante del libro la podemos encontrar en la descripción de sus primeros discursos públicos. Ya fuese en la cervecería Hofbräuhaus Kéller o en el Circo Krone de Múnich, resulta emocionante imaginarse a un primerizo Adolf dirigiéndose a pequeñas congregaciones de gente con sus enérgicos discursos, electrizando el ambiente con su instinto animal. Cada reunión parece un triunfo que multiplicaba su popularidad, y aún a día de hoy el aspecto sociológico de dicho éxito debe resultar incomodo de explicar: Apelar al odio para darle oscura esperanza a la gente.

Discurso Hitler

El mensaje de Hitler rebosaba odio. Odio racial, odio territorial, odio por la pérdida del honor, odio a la débil y corrupta política y al fin y al cabo, odio de una época, la suya, sin ilusiones ni posibilidades. Sin embargo, debajo de toda esa pesadumbre se deja sentir una fuerte preocupación por su patria y las gentes menos favorecidas del Reich. ¿Actuó realmente Hitler movido por amor a su país? ¿Estaba realmente convencido de que el infierno que desencadenó era la mejor solución para los problemas de su gente? Cabe preguntarse pues, si simplemente era un hombre tratando de defender a los suyos y, en última instancia, ¿dónde están los límites del instinto de supervivencia humano?

6 comentarios:

Kar dijo...

en España se vende este libro? lo digo porque no hace mucho se cerró una librería en Barcelona porque vendía material nazi y ultra... cosa de la que estoy en completo desacuerdo, la libertad de expresión ha de primar ante todo, y no se debería prohibir idea alguna...

closer dijo...

Podría hacer una segunda entrada sobre este libro por que hay varios temas que me quedaron en el tintero, y efectivamente, la cuestión de la censura es algo demencial de lo que hablar.

En España no se exactamente si está censurado, pero en Alemania sí. Es interesante este artículo http://internacional.elpais.com/internacional/2012/04/25/actualidad/1335341956_741843.html

Yo el libro lo cacé por internet, eso sí. Un original debe ser la ostia.

Anónimo dijo...

¿Que si actuó movido por amor a su país? Su país era Austria, así que...

closer dijo...

Buenas anónimo.

Hitler, más que países, veía el mundo dividido en razas. Para él, la raza aria/germánica conformaba un mismo todo, independientemente de las fronteras (las cuales, está claro, se las pasaba por el forro). En algún punto del libro creo que indica que "la nacionalidad no es un papel"

Vamos, que independientemente de la ciudad donde hubiese nacido, el se veía germánico, y hasta donde yo se, actuó creyendo defender a los suyos.

Es difícil admitir tal punto, de hecho resulta todo un desafío. Pero es una pregunta de bastante actualidad... ¿actúan nuestros dirigentes de buena fe?

Un saludo

Kar dijo...

sí, bueno, en Alemania cualquier tipo de parafernalia nazi es delito, recuerdo por ejemplo un viaje a alemania que hizo el Real Madrid y a sus ultras los detuvieron por esa costumbre tan maja de usar la doble S de las SS o la cruz céltica en su simbología...

closer dijo...

Por lo que leo, en España es legal editar el libro, aunque siendo realistas, no me suena que haya muchos ejemplares de "Mi Lucha" en las estanterías del FNAC.

¿Sirve la censura para algo? Es difícil de contestar. Yo incluso pienso que se ha generado un submundo de culto a la parafernalia nazi por lo extremadamente complejo que resulta encontrar cosas de la época, mas haya de los circuitos especializados.

Toda la simbología nazi resulta tremendamente potente a día de hoy. Es curioso como todas las cruces y esvásticas de aquel régimen han quedado marcadas a fuego en el subcosciente de las generaciones posteriores.