domingo, 1 de julio de 2012

Black Humerus

Con un pulso me he roto el húmero. Un pulso largo, a mano cambiada. Un juego de niños grandes, mucho más peligroso de lo que yo pensaba. Un periodo largo de aguante, un instante en el que decidí cargar con fuerza en mi brazo izquierdo y entonces, un estruendoso crujido que se encargó de absorber toda la energía, el calor y el “orgullo” que confluían entre nuestras manos, la mía y la de mi contrario.

broken humerus

Me levanté inmediatamente, aturdido e incapaz de comprender la realidad deforme que se balanceaba en un péndulo de carne: “¿Y esa mano? Ah no, es un brazo entero. ¿De dónde vienen?...soy yo, solamente yo, me he roto”. Me tiré al suelo, comencé a gritar histérico, lloré, sudé mucho. Y el miedo.

2 comentarios:

KARLAM dijo...

Joder tio! tas como un burro!! romperse el brazo con un pulso es difícil de creer pero según lo cuentas no me lo quiero ni imaginar... tela. Para la próxima vez que te vea te enseño yo como se hace "a lo gitano", sin riesgos, jeje. Que te mejores rápido, ¡Y ánimo!

closer dijo...

Buenas!!!!

Si te digo la verdad, fue más cosa de mala suerte que otra cosa, no voy yo haciendo pulsos por la vida en plan machote.

Un saludo